Independientemente del modelo de radiador que tengas a mano, a no ser que sea un móvil con ruedas, siempre es un poco complicado de instalar. Y cuando no se te da bien el bricolaje, la tarea se vuelve aún más difícil.
Por eso, aquí te damos algunos consejos para que puedas hacerlo por tu cuenta.
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Familiarícese con los diferentes tipos de radiadores
Es importante conocer los diferentes modelos existentes, ya que de ello dependerá su instalación. Existen tres categorías principales de radiadores: los eléctricos, los por inercia y los de agua. Los modelos eléctricos incluyen convectores y paneles radiantes.
Se diferencian en la forma de distribuir el calor. Los primeros utilizan el aire para calentar una habitación, los segundos utilizan las ondas infrarrojas. Hay que tener en cuenta que los convectores son mucho más potentes que sus primos.
Los radiadores por inercia son lo contrario de los convectores. Tardan más en calentarse, pero también retienen el calor durante más tiempo y, por tanto, consumen mucho menos.
En cuanto a los modelos de agua caliente, funcionan de la misma manera que los modelos por inercia, salvo que para calentar el hierro fundido o la piedra, utilizan agua. Suelen funcionar en combinación con calderas de gas o gasóleo y son muy económicas.
Encuentre la ubicación ideal
Según el grado de estanqueidad del radiador, puede instalarse en una habitación húmeda, como un cuarto de baño. Por lo tanto, compruebe esto primero antes de apresurarse a encontrar un lugar para él allí.
Este truco hará las delicias de quienes temen por la estética de su interior. No siempre hay queinstalar el radiador en el interior. Por el contrario, para que brille hacia dentro, colócalo en una pared exterior. Acuérdate de protegerlo de las inclemencias del tiempo.
Esquinas, ventanas, techos, todos estos lugares siguen siendo posibles. Si tienes una vivienda más o menos antigua con ventanas no muy bien aisladas, es preferible poner el radiador bajo una de las ventanas, para bloquear completamente el camino al frío, y ahorrar unos centímetros en la habitación.
Si necesitas un radiador en tu cocina, elige uno pequeño que se integre fácilmente en la decoración. Esta habitación está llena de electrodomésticos y espacio de almacenamiento. Así que tendrás que tener mucho cuidado con el espacio que encuentres para ello.
Si realmente no tienes suficiente espacio, compra un modelo de techo.
No te sientes junto a él
El contacto directo con el radiador también es peligroso, porque a la potencia a la que se calienta, puede quemarse rápidamente o dañar los objetos cercanos. En un dormitorio, no coloque el radiador junto a la cama o el escritorio.
Aléjese, ya sea un modelo eléctrico o radiante. Las ondas infrarrojas también pueden tener un fuerte impacto en la salud.
Intenta siempre mantener una distancia mínima a los lados, delante y detrás, tanto si eres tú como si hay otros objetos que puedas colocar allí inadvertidamente. Mantenga un perímetro de unos 15 centímetros alrededor. No deben colocarse estanterías ni otros muebles por encima del radiador a menos de 50 cm, especialmente en el caso de los calefactores de convección.
Está prohibido colocar el aparato directamente en el suelo. Recuerda que debes colocarlo a una distancia mínima de 15 cm. Esto mejorará la circulación del aire y aumentará su eficacia.
No ponga nada alrededor del radiador
Nada debe impedir la difusión del calor. De lo contrario, no se distribuiría uniformemente por la sala. Por lo tanto, no esconda el radiador detrás de una cortina que pueda incendiarse, ni de una rejilla metálica, y mucho menos de una caja de madera.
Aunque existen cubre radiadores en el mercado, en este caso su aparato no funcionará de forma óptima y puede costarle varios euros más.
No tener zapatos, toallas o cosas para secar en ellos. Se corre el riesgo de provocar un accidente y dañarlos rápidamente.
Utilizar varios radiadores para espacios grandes
Los radiadores eléctricos son conocidos por calentar rápidamente y con fuerza, y por ello gastan mucho dinero. Este modo de calefacción es menos confortable que los modelos por inercia y consume más energía. Para obtener una mayor comodidad de este tipo de aparato en un espacio de unos 30 metros cuadrados, es más aconsejable utilizar varios radiadores de calor medio y menos rápido.
Por lo tanto, si necesita 2500 W para cubrir una habitación, los especialistas recomiendan coger un modelo que caliente hasta 1500 W y otro que complemente los 1000 restantes. Evitará el sobrecalentamiento, la asfixia y cualquier otro incidente que pueda afectar a las personas vulnerables.
Tendrás que sacrificar la estética por la comodidad. En cuanto a la ubicación, distribúyelos en paredes opuestas, pero a cada lado y no frente a frente. Cubrirán la habitación de forma más rápida y uniforme.
Por último, instale su radiador
Ahora que ya conoce las instrucciones de seguridad para la instalación del radiador, le indicamos cómo proceder para una instalación estándar. Comience por dibujar los contornos del radiador en la pared donde se va a instalar. Para los modelos de agua, haga lo mismo con las tuberías, la entrada de agua y la conexión a la caldera.
Marca incluso los grifos y los termostatos.
No te olvides de llevar un nivel de burbuja, una cinta métrica, un lápiz, un taladro, un destornillador o un atornillador y, por supuesto, tacos y tornillos para la fijación. Tenga cuidado de no cometer errores con esto último.
Desconecta el agua y la electricidad antes de tocar nada. Después de haber leído atentamente las instrucciones, saque las piezas del radiador una por una y agrupe las que deben montarse juntas. Después de marcar, taladre todos los agujeros e inserte los tacos.
Coloque la unidad, preferiblemente por parejas, e inserte los tornillos. A continuación, apriételos y monte la unidad.