La llegada de la temporada de invierno y el consiguiente frío extremo anuncian el momento de utilizar diferentes sistemas de calefacción. Como alternativa a los medios actuales, como los radiadores eléctricos, los sistemas convencionales, como las chimeneas o las estufas, siguen proporcionando comodidad de uso y una eficacia demostrada.
No obstante, tanto si funcionan con gas como con gasóleo o leña, el deshollinado es un mantenimiento obligatorio que debe realizarse sin discusión. Se recomienda el uso de un servicio profesional para esta operación, sin embargo, con la experiencia y los conocimientos, así como el equipo adecuado, la posibilidad de hacerlo uno mismo sigue siendo posible.
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¿Qué es el deshollinado?
Originalmente, esta operación se realizaba limpiando los conductos de la chimenea o la estufa utilizada para la calefacción. La profesión de deshollinador se desarrolló especialmente durante la Revolución Industrial, con la expansión de las ciudades y el consiguiente aumento del número de casas y chimeneas.
Hoy en día, el deshollinamiento ha evolucionado con el uso de materiales más adaptados, que ya no requieren la introducción humana en los conductos. También se ha desarrollado. Ya no se limita a las chimeneas y estufas, sino que ahora afecta a todo lo que se asemeja a una vía de evacuación, como los conductos de grasa (extractores), la ventilación mecánica controlada (VMC) o los conductos de lavandería, entre otros.
¿Por qué tenemos que hacer el deshollinado?
Cuando la chimenea está en funcionamiento y quema leña o fuel, los depósitos de residuos de la combustión (hollín, alquitrán, bistre, resina, etc.) se depositan a lo largo de toda la longitud del conducto de humos. Según la frecuencia y la duración del uso, este depósito se espesa y puede acabar obstruyendo el paso.
Pueden producirse los siguientes riesgos :
El fuego: Los residuos contienen compuestos inflamables y, en contacto con la llama, pueden provocar un incendio y quemar no sólo el conducto, sino toda la casa o el edificio.
Explosión de la chimenea o de la caldera. cuando los conductos de escape están bloqueados, la compresión aumenta exponencialmente con el calor que ya no puede encontrar la salida. La presión acaba provocando la explosión de la cámara de combustión, lo que obviamente provoca un incendio en el local.
Intoxicación por monóxido de carbono el conducto está parcialmente obstruido y los gases a evacuar buscan otra salida. Pueden salir por la propia chimenea o por los huecos del conducto de humos, hacia la habitación a calentar y extenderse por toda la casa. El monóxido de carbono, un gas incoloro e inodoro muy perjudicial para la salud, es responsable de las muertes por intoxicación cada año.
Para evitar estos riesgos, la ley exige que las chimeneas sean barridas al menos dos veces al año por un profesional. Además, en caso de siniestro, la compañía de seguros puede renunciar a sus compromisos si la víctima no presenta un certificado válido que acredite que las chimeneas han sido barridas correctamente por un profesional.
Además de limitar el riesgo de daños y la obligación legal, un buen barrido permite utilizar el equipo de la mejor manera posible, ya que las vías están despejadas y el calor se distribuye de la mejor manera posible en todas las estancias a calentar. También tiene un impacto positivo en la factura del proveedor de energía, ya que la caldera no tiene que ser empujada al límite para obtener un buen resultado cuando las tuberías están limpias.
¿Cuándo se debe realizar el deshollinado?
Como cualquier aparato o equipo doméstico, el sistema de calefacción debe someterse a mantenimiento. Hay que barrerla antes de volver a poner la chimenea en servicio. En general, el mejor momento para deshollinar la chimenea es durante los períodos secos, en verano u otoño.
Al limpiar durante este periodo, los residuos han tenido tiempo de secarse, lo que facilita el trabajo de decapado y desescombro. El final del verano o el principio del otoño son los momentos más apropiados, más allá de este periodo, la humedad vuelve y la eliminación del hollín se hará más tediosa, la operación en sí será mucho más sucia.
La ley recomienda que la operación de barrido se realice dos veces al año, por lo que se recomienda la primera durante el periodo seco, como se ha mencionado anteriormente. La segunda se celebra idealmente durante el propio invierno. Esto limitará la deposición excesiva de residuos si la chimenea se utiliza permanentemente, lo que suele ocurrir en pleno invierno.
Al mismo tiempo, es posible comprobar que todo está bien a nivel de la chimenea (sin fugas, sin obstrucciones, etc.).
En el caso de los sistemas de calefacción de gas, en particular, un barrido al año es suficiente, ya que el gas no deja muchos residuos.
¿Cómo se realiza un deshollinamiento?
Las empresas profesionales disponen de la ciencia y la tecnología necesarias, que pueden aplicar en cada caso concreto. Sin embargo, para llevar a cabo la operación usted mismo, necesita al menos el equipo rudimentario básico, es decir, un kit de deshollinador con el erizo como primer paso para fregar y restregar las paredes.
Luego viene el mango flexible y telescópico para llegar lo más lejos posible, y una cuerda que se ata al erizo, para que no se pierda en las tuberías. Una lona o bolsa protectora recogerá la basura que caiga de la tubería, y el conjunto se vaciará en un gran cubo al final del tratamiento.
Una escoba y una pala o un aspirador de cenizas para limpiar la suciedad que caiga al suelo completan el kit.
Hay dos formas posibles de realizar la limpieza: la limpieza desde arriba, que consiste en subir al tejado de la casa y realizar la operación de deshollinado desde la salida de la chimenea. De lo contrario, es posible limpiar desde abajo, desde la propia chimenea, dentro de la casa.
