Todo sobre el descalcificador
El descalcificador sólo es necesario para el agua dura o con alto contenido en cal. Esta última causa graves y rápidos daños en la fontanería y los aparatos sanitarios si no se toman las debidas precauciones.
En estas pocas líneas te contamos todo lo que hay que saber sobre este equipamiento doméstico.
Las desventajas del agua dura
Conseguir este equipo te permitirá entonces ahorrar unos cuantos euros. En efecto, no tendrá que sustituir regularmente su equipo ni llamar a un fontanero o a un reparador todo el tiempo. No sólo a este nivel ahorrarás dinero.
Los aparatos que se amplían consumen más energía y consumibles que los modelos nuevos o «sanos».
Un descalcificador también le ayudará a ahorrar tiempo, ya que, por ejemplo, no tendrá que revisar regularmente la lavadora en busca de cal.
Para las mujeres, el agua dura suele ser sinónimo de piel seca y sin brillo y de pelo electrizado. Los geles de ducha y los champús tienden a hacer mucha menos espuma bajo el efecto del agua dura. Y se agotará la botella o el tarro más rápido.
En cierto modo, estás ayudando al medio ambiente al elegir un descalcificador, porque con él reduces la cantidad de residuos que liberas al medio ambiente.
El efecto secante del agua dura sobre la epidermis, que es un problema de salud, favorece la aparición de eczemas e irritaciones.
El método de funcionamiento del descalcificador
Existen dos tipos de ablandadores en el mercado, el ablandador con sal o resina y el ablandador sin. El primero está relleno de resina que, al entrar en contacto con el agua, se adhiere a las moléculas de la piedra caliza. Este último se deshará de él enjuagando con agua salada para volver a ser operativo.
Normalmente, el propio ablandador se encarga de ello sin que el usuario tenga que mover un dedo.
La versión sin sal es menos exigente y más respetuosa con el medio ambiente, ya que funciona de forma electromagnética. Si los iones son negativos, el ablandador los convierte en positivos y viceversa. Esto evita la formación de cal.
¿Qué descalcificador debo pedir para mi casa?
Si quieres encontrar el descalcificador más adecuado para tu casa, tienes que tener en cuenta algunas características como el tamaño y la capacidad, así como el diseño y la funcionalidad. Antes de ver todos estos detalles, compruebe la dureza exacta de su agua.
Puede que no sea necesario, ya que el agua se considera dura a partir de un título hidrotimétrico de 15-20 °F o más de 80 mg/l. Utilice los kits de medición disponibles en el mercado.
Entonces, mira si es sólo para la cocina, el baño o toda la casa. Al igual que los calentadores de agua, los descalcificadores vienen en diferentes volúmenes entre 10 y 50 l y en diferentes tamaños. Preste atención a este último detalle.
Puedes conseguir un descalcificador pequeño por 500 euros, y uno más grande por 1500 euros.
Los diferentes tipos de descalcificadores
En función del número de depósitos del sistema, existen 5 categorías específicas de ablandadores. En los modelos con control de tiempo, hay que iniciar la regeneración manualmente, aunque el descalcificador determina por sí solo los tiempos para hacerlo.
Por lo tanto, asegúrese de calcular la capacidad de su unidad en función de la dureza de su agua y del agua a ablandar, ya que si la resina se satura demasiado pronto, la unidad no tendrá ningún efecto sobre el agua dura durante este tiempo.
Si se opta por un descalcificador volumétrico o electrónico, se puede evitar este inconveniente, ya que la propia máquina, más sofisticada, determina cuándo debe iniciarse la regeneración.
Hay modelos de un tanque y de dos tanques. No hay mucha diferencia entre ambos, ya que el primero inicia la regeneración en las horas de menor consumo, y el segundo lo hace por turnos por depósito, por lo que en ambos casos siempre tendrás agua fresca a voluntad.
Instalación y mantenimiento a largo plazo
La instalación de un descalcificador es objeto de varias reflexiones que a muchas personas les cuesta entender. Algunas personas prefieren instalar el descalcificador directamente en el grifo o el lavabo para no tener que hacer demasiadas obras con tuberías empotradas en la pared.
Sin embargo, si se quiere abastecer todo el sistema con accesorios de fontanería, es más difícil instalarlo en la fuente. Elige el lugar adecuado, porque una habitación húmeda y mal ventilada donde el termómetro fluctúe no servirá.
Compruebe la presión, que debe estar entre 2 y 3 bares.
Como se ha mencionado anteriormente, sólo el ablandador con sal requiere un mantenimiento regular. Algunos tienen cartuchos lavables, pero todos requieren al menos una desinfección anual. Llene el recipiente de sal con la solución desinfectante. Dejar marinar durante unos minutos y comenzar la regeneración.
Los fabricantes recomiendan cambiar la sal cada 3 años, y aprovechar este tiempo para fregar la bañera. El proceso sigue siendo el mismo que para la desinfección.
El modelo sin sal no requiere casi ninguna manipulación. Dicho esto, recuerde comprobar los ajustes después de varias semanas o meses de uso, ya que la dureza puede haber aumentado o disminuido.
Si ha equipado su aparato con filtros, éstos deben limpiarse regularmente.
