Sin saberlo, cada día gastamos más energía, mientras que nuestros hábitos no han cambiado. Muchas personas se quejan a su proveedor cuando el problema no viene de ahí, sino de dentro. De hecho, el aumento se debe a algunos detalles de la casa que pueden considerarse insignificantes.
Para remediar este problema, hay que conocer las causas y tratarlas. Aquí tienes algunos consejos que te ayudarán a gastar menos en electricidad.
Contenidos
Pequeños gestos cotidianos
En general, las cocinas modernas utilizan una placa de inducción. Es cierto que no se espera que el consumo aumente ya que se utiliza un aparato normal o se preparan los mismos platos. Para ahorrar dinero, unas pocas acciones supondrán una gran diferencia a largo plazo.
Por ejemplo, cubre las ollas y sartenes cuando las pongas en el fuego. De lo contrario, se produce una importante pérdida de calor, aumentando el tiempo de cocción.
Uno de los errores que comete mucha gente es introducir un plato caliente en la nevera. Básicamente, esto está prohibido, ya que el vapor provocará un rápido deterioro de este aparato. Es importante saber que un frigorífico mantiene la temperatura interior a un determinado grado y se activa automáticamente si ésta cambia.
Al colocar un preparado aún caliente en él, desregulas el sistema, obligándolo a trabajar en un momento en el que está en reposo y, por tanto, consume más.
El «modo ecológico» también reduce el consumo de energía. Hoy en día, casi todas las herramientas eléctricas tienen esta programación. En este caso, el tiempo está de su lado, porque aunque el trabajo se haga lentamente, el coste disminuirá sin duda.
En el caso de la lavadora o el lavavajillas, por ejemplo, no tendrás que quedarte esperando a que termine el proceso. Podrá realizar otras actividades domésticas, como limpiar la casa, preparar las comidas, planchar la ropa ya limpia y mucho más.
Una de las cosas que podría marcar la diferencia es apagar las luces cuando se sale de una habitación. Pocas personas adquieren este hábito simplemente porque piensan que volverán en unos minutos. Pero cuando se suman, se obtienen varias horas hacia el final del año, lo que provoca un gasto innecesario.
No te cuesta nada levantar el brazo para accionar el interruptor. Por el contrario, minimizarás tus facturas sin darte cuenta.
Energía fantasma: consumo invisible
Puede que no lo sepas, pero algunos aparatos consumen electricidad en secreto. Sí, lo hacen. Si utiliza máquinas con acumulador o transformador, devorarán silenciosamente los kWh. Por supuesto, esto se hace gradualmente, por eso no se nota.
Esto se llama energía fantasma. Si tienes máquinas así, no las apagues sin más. Acuérdate de desenchufarlos cada vez que no los uses.
Lo mismo ocurre con los artículos que tienen testigos. Si sólo apagas la unidad con el mando a distancia, seguirá consumiendo energía. Esto se debe a que la pequeña luz que brilla sigue siendo alimentada. Hay muchos aparatos en la misma caja, como un televisor, un subwoofer, un reproductor de DVD o una impresora láser.
Por lo tanto, sigue siendo mejor pulsar el botón de parada directamente en la máquina y desenchufarla para asegurarse de que ya no funciona. La regleta también consume electricidad, ya que tiene una lámpara que señala cuando está encendida.
En el mismo caso, el apagado de un ordenador u otro dispositivo no impide que se alimente. Este modo puede reducir el consumo de energía, pero no lo anula. También puede apagar el producto por completo si no va a utilizarlo durante media hora o más.
Ten en cuenta que las placas de cocción, las cafeteras, los microondas, etc. son algunos de estos aparatos de gasto fantasma.
Otras formas de reducir las facturas a final de mes
Prohibir el uso de halógenos ayuda a minimizar los costes de electricidad. Las bombillas incandescentes consumen mucha energía. Es mejor utilizar la tecnología LED para iluminar la casa de forma económica. En comparación, una lámpara halógena de 25 W equivale a un LED de 2 W, ya que producen un flujo luminoso de 200 lúmenes cada uno.
Por tanto, el gasto anual es de 36 kWh y 3 kWh respectivamente. Entonces se utilizan unos 33 kWh para obtener la misma intensidad. También puede elegir la opción económica si le permite tener la misma iluminación.
Lo ideal es que la temperatura de una casa se mantenga constante a 19 °C. Si utilizas un sistema de calefacción, 1° más equivale al 7% del consumo. Si calculas el tiempo que el calentador estará en funcionamiento durante el periodo más frío, te arriesgas a que tu factura aumente considerablemente.
Para evitar que esto ocurra, aprenda a ajustar el dispositivo correctamente. Hay que tener en cuenta el tamaño de la habitación, pero también el aislamiento del edificio. Además, programe con eficacia. Un sistema de calefacción que funciona todo el día cuando no está en casa le hará perder dinero innecesariamente.
Por ello, recuerda grabar una franja horaria, asegurándote de que se apaga sólo 15 minutos después de salir y se enciende 30 minutos antes de llegar. Por supuesto, esto se puede hacer para las personas que tienen un horario fijo.
Una forma eficaz de reducir el consumo de electricidad es gestionar los gastos de agua caliente. ¿Cómo se dice? ¡Fácil! Utilícelo sólo en zonas clave como la ducha y la cocina. No lo desvíes a otro lugar, ya que esto supondrá un desperdicio innecesario.
De hecho, al desperdiciar el agua de esta manera, obligará al calentador de agua a encenderse para mantener la temperatura en el tanque. Esto sólo aumentará el gasto.