Todo el mundo la necesita para animarse mutuamente y para completar el madrugón. Por la noche, sirve de recompensa tras un duro día de trabajo. Una buena ducha siempre es útil, pero cuando el agua caliente se acaba, todo puede ir mal. He aquí cómo afrontarlo.
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Identificar las fuentes del problema
En cualquier vivienda moderna, el sistema de calefacción forma parte del equipamiento estándar y es una instalación obligatoria. Para la comodidad de los habitantes de cada casa, se han establecido incluso normas por ley para que todos puedan beneficiarse de los avances tecnológicos en este ámbito. Configurados para hacer la vida más fácil y ahorrar tiempo, estos nuevos electrodomésticos también permiten a las personas beneficiarse del ahorro de energía, además de adoptar un comportamiento eco-responsable. De hecho, incluso con un calentador de agua grande de 300lAhora puede respirar y beneficiarse de un aparato eficiente, sin temor a ver aumentar su factura de electricidad.
Sólo que, con la costumbre, has caído en la adicción al agua caliente, como la mayoría de los hogares modernos. La más mínima avería puede provocar el pánico, hasta el punto de preguntarse en qué se va a convertir, sobre todo después de recibir unas gotas de frío en la espalda.
Si esto ocurre, y hay que pasar por esta triste experiencia, el primer reflejo que hay que adoptar es vestirse para no resfriarse, e ir en busca de la causa de la avería. En efecto, las razones pueden tener diferentes orígenes, y hay que proceder por eliminación para comprobar por qué el agua caliente ya no fluye.
Causas y soluciones para las diferentes causas de las averías
La primera posibilidad puede ser por una causa eléctrica. Si se trata de un apagón general, apagar todos los demás aparatos eléctricos, o apagar las luces si es de noche, puede confirmar la causa. Sin embargo, si otros equipos siguen funcionando o las luces permanecen encendidas, la causa está relacionada específicamente con su caldera o calentador de agua.
Compruebe que el disyuntor está en la posición de encendido, si no es así, póngalo de nuevo en esta posición para reiniciar el suministro eléctrico. Si ya está en esta posición, puede ser un fusible fundido. Si después de comprobarlo está intacto, puede ser el termostato.
Si el fusible se ha desactivado, basta con volver a encenderlo. Si el agua caliente no vuelve, hay dos posibilidades: que el termostato esté averiado o que la resistencia haya cedido. En ambos casos, es necesaria la intervención de un especialista para que el agua caliente vuelva a su casa.
Si la electricidad no es la causa, otra posibilidad de la falta de agua caliente puede deberse también a un problema con los recursos utilizados por la caldera. Para este sistema de calefacción, las principales fuentes de energía utilizadas son principalmente la madera, el petróleo y el gas.
La causa del fallo puede ser un suministro deficiente. Es posible que el circuito de alimentación tenga una fuga y que la distribución se detenga desde la fuente. En este caso, no tiene otra opción que esperar a que la distribución se restablezca normalmente.
Si se trata de una caldera de leña, es posible que la avería del aparato se deba a su instalación. Por lo tanto, debe llamar a un profesional lo antes posible para que revise su sistema de calefacción y realice las reparaciones pertinentes.
En cualquier caso, estos diferentes procedimientos pueden llevar tiempo, y entonces hay que pensar en una solución alternativa para conseguir agua caliente.
Otras alternativas para seguir lavando
Ha realizado todos los procedimientos para intentar solucionar el problema, pero la única solución parece estar en manos de un profesional de la calefacción. Mientras tanto, afortunadamente, tienes la opción de seguir lavándote, también con agua caliente.
Por supuesto, tendrá que sacrificar algo de comodidad, sabiendo que ahora sólo le quedará una mano para frotar donde sea necesario, estando la otra ocupada en sostener el recipiente para regarle.
La primera solución es utilizar un hervidor eléctrico. Normalmente, estos aparatos para calentar el agua tienen una capacidad de 1,5 a 2 litros. También hierven en pocos minutos. Así, puedes calentar tantas veces como necesites para obtener suficiente agua para mantenerte limpio o para aliviar la tensión del día en la nuca.
La ventaja de esta solución reside en la rapidez con la que se calienta el líquido. Por otro lado, la principal desventaja es la cantidad limitada de agua que puede calentar, lo que le obligará a repetir la operación. Este requisito puede tener un impacto palpable en su consumo de energía.
Otra solución sencilla es calentar el agua en las placas de cocción o con la cocina de gas. Con una olla o una cazuela grande, puedes hervir fácilmente hasta más de 5 litros en una sola pasada.
Es una ventaja interesante, aunque se tarda un poco más que con un hervidor eléctrico en alcanzar la temperatura deseada. Por otro lado, una gran desventaja es el riesgo de accidentes domésticos. Manejar una gran cantidad de agua hirviendo puede seguir siendo peligroso.
Sólo el trayecto de la cocina al baño puede escaldar o hacer que te quemes si eres un poco torpe. En cualquier caso, lo más importante es conseguir llevar el agua caliente a su destino, para poder ducharse casi con normalidad.
Una última solución para seguir lavando sin agua caliente es utilizar simplemente agua fría. Sin embargo, esta solución no se recomienda si se sufre de rinitis alérgica, o si se tienen problemas de poliartritis o tensión.
En este caso, será preferible que espere a que venga su reparador profesional.
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