Vivir en el ático te da la ventaja de disfrutar generalmente de una hermosa vista. Además, la ausencia de ruidos de los vecinos de arriba lo convierte en un remanso de paz. Sin embargo, el calor es fácilmente insoportable, especialmente en verano. He aquí algunas ideas útiles para recuperar la frescura.
Contenidos
Instalar equipos adaptados
En pleno verano, vivir en el ático puede convertirse rápidamente en una interminable sesión de sauna. La situación es más difícil según el tamaño de la habitación, ya que el techo actúa como colector de calor. La primera forma de reducir este impacto del calor hacia el interior de la habitación es instalar aberturas adecuadas.
En las tiendas especializadas en materiales y accesorios de construcción, puede optar por diferentes equipos diseñados para la disposición de áticos.
En primer lugar, tienes las ventanas de tejado, que puedes instalar para sustituir, o para reforzar la que ya hay, si tu tejado es lo suficientemente grande y fuerte como para soportar dos ventanas. Además, todos los modelos actualmente a la venta cumplen las normas impuestas por la legislación.
Podrá instalarlos de forma segura y de acuerdo con las normas relativas al respeto del medio ambiente y el plan urbanístico local, si procede.
Y si no quiere hacer una gran inversión en obras para la compra e instalación de una nueva ventana, puede contentarse con una solución de respaldo, con una inversión menor. Se trata de la instalación de una persiana exterior, que se supone que impide que los rayos del sol, y por tanto el exceso de calor, entren por la ventana.
Dependiendo del modelo y del material en el que esté fabricado, puede detener hasta más del 70% del calor. Al mismo tiempo, sigue permitiendo disfrutar de la vista, aunque la transparencia del material no sea total según el material.
Por último, también puede optar por la instalación de persianas. Esta solución le permite ganar en eficiencia, hasta más del 90% de los rayos solares, y por tanto del calor que se detiene y queda fuera de su casa. Sin embargo, la única desventaja de este equipo es su total opacidad.
Al optar por esta solución, hay que olvidarse de la vista panorámica que podrá disfrutar durante los hermosos días de verano.
Establecer un método de ventilación correcto
Si no es sensible a las olas de frío o a los golpes de viento fresco regulares, esta solución puede ayudarle a combatir el calor en el ático. Por lo general, en este tipo de habitaciones el calor entra con facilidad, pero le cuesta salir.
Esto explica que la atmósfera sea a menudo pesada y rápidamente insoportable por el calor encerrado. Para recuperar la sensación de frescor, basta con introducir una buena bocanada de aire frío.
La primera solución es encontrar una forma de hacer circular el aire. Si su casa está equipada con un sistema de ventilación ya instalado, puede hacerlo funcionar simplemente activando la producción de aire fresco, como con un simple sistema de aire acondicionado.
Al fomentar la producción de aire frío desde los conductos de ventilación, se puede combatir fácilmente el calor almacenado en el ático.
Por otro lado, si no tiene una instalación de este tipo, puede optar por una solución lógica y normal que se ha utilizado durante siglos. El principio es mantener las persianas y ventanas cerradas durante los picos de calor, es decir, cuando la temperatura alcanza su nivel máximo del día.
A continuación, hay que abrirlas por la noche para que entre el frescor del exterior y se equilibre la temperatura ambiente resultante del calor, que puede haberse filtrado a lo largo del día.
Por último, también tiene la opción de utilizar un equipo adicional para aportar el soplo de aire fresco que necesita para bajar la temperatura de su espacio vital. Puede elegir entre una amplia gama de ventiladores silenciosos, sistemas auxiliares de refrigeración y otros nebulizadores para devolver un ambiente fresco y agradable a su ático. Según sea necesario, hemos buscado para ti las mejores ofertas para orientar su elección según los modelos y su presupuesto.
Utilizar consejos eficaces
Para traer y mantener una atmósfera de frescura en su ático, algunos medios simples o más consecuentes también pueden ayudarle. La primera es colocar elementos que sean útiles y decorativos a la vez, como las cortinas de fibra natural.
Dejando las ventanas abiertas, las cortinas de lino o algodón pueden detener razonablemente el calor y permitir el paso de ráfagas de viento fresco.
También puedes pintar las paredes de un color que coincida con tu tono frío, si no es blanco. Lo ideal es empapelar la pared opuesta a la ventana. En contacto con la luz del día, este color se reflejará e inundará el resto de la habitación, aportando una apariencia de frescura al ambiente general de su ático.
Por último, una forma esencial, pero económica, de regular la temperatura de su ático. Estas habitaciones representan la parte de la casa que está en contacto inmediato con el exterior, a través del techo. El aislamiento es, pues, la primera línea de defensa contra el calor o el frío, pero también contra el ruido.
Lo primero que hay que comprobar es si el sistema de aislamiento de su ático sigue estando en condiciones óptimas o si hay que sustituirlo. Este procedimiento requiere la intervención de un profesional, y puede encontrarlo fácilmente en sitios especializados.
Podrán realizar un inventario de las instalaciones para evaluar la calidad de su aislamiento. Si es necesario, podrán ofrecerle un presupuesto de los trabajos a realizar para restaurar su aislamiento, o la reinstalación total del mismo, con materiales más adecuados.