Durante los periodos de frío extremo, el uso de la calefacción es mucho más intenso que en la temporada media. Durante este periodo, el consumo es mayor y los costes aumentan en consecuencia. Siguiendo estos pocos consejos, es posible controlar el aparato y reducir así el gasto energético para obtener una temperatura agradable en la casa.
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Comprar reflectores de calor
El aislamiento siempre ha sido la garantía de una calefacción económica. De hecho, si este criterio no se respetó en las normas cuando se construyó la casa, los riesgos que se corren pueden ser pérdidas de hasta el 30% del calor.
Para reducir los costes de fabricación, el primer paso es empezar por acumular ayudas estatales.
Después, se recomienda comprar reflectores térmicos. Los paneles que se colocan detrás del radiador son una solución adecuada, ya que reflejan el calor hacia el interior, minimizando así la pérdida de calor. Un solo ejemplar reduciría las facturas en un 7%, mientras que el precio medio es de 20 euros.
Por supuesto, hay que saber elegir las dimensiones que corresponden a su aparato, para tener una eficacia óptima. Un reflector pequeño no ofrecería suficiente rendimiento para reducir las pérdidas.
Hacer un buen ajuste
Es importante saber que una buena parametrización es un activo que ayuda a reducir los gastos innecesarios de energía. Durante el periodo invernal, la temperatura adecuada no es necesariamente la más alta que ofrece la unidad. De hecho, se trata de elegir el grado que le haga sentirse a gusto en la casa.
En general, 21°C es más que suficiente para garantizar un ambiente favorable en una vivienda.
Según un profesional que opera en Montluçon, un grado más por encima de lo normal supone un 7% más de consumo energético. Dice que la temperatura del termostato nunca debe ser superior a 20 °C y la temperatura de la caldera debe ser inferior a 70 °C.
Además, si el modelo utilizado no dispone de termostato, es imprescindible obtener uno para tener una idea precisa del consumo. Esto le permitirá hacer el ajuste adecuado y así controlar los gastos para minimizar sus facturas.
Por último, se recomienda reducir la temperatura en 2°C durante la noche para garantizar un sueño agradable a los residentes.
Paso de aire caliente por los conductos de ventilación
Aunque este no es el uso principal de este sistema, está demostrando ser más útil de lo que pensábamos cuando se instaló. En efecto, los conductos de ventilación evitan la formación de moho en una casa al eliminar la humedad del aire.
Si está conectada a un sistema de calefacción adecuado, es posible aprovechar parte del calor en todas las habitaciones sin coste adicional. Además, para beneficiarse de ello, es necesario disponer de una ventilación de doble flujo.
Este sistema permite que el aire viciado y el fresco se encuentren en un intercambiador de calor sin mezclarse. Gracias a ello, el flujo entrante ya se precalienta antes de entrar en las habitaciones.
Por supuesto, esta opción no funciona con todos los tipos de calefacción. Debe tener un dispositivo que haga circular el aire, es decir, un modelo de ventilador y no un modelo de convección natural.
Además, se necesita un presupuesto medio de 2000 euros para instalar el sistema, respetando las normas vigentes. Sin embargo, una inversión de este tipo reducirá las facturas a largo plazo.
Instalación de un sistema de calefacción auxiliar
Hasta la fecha, no es raro que los edificios nuevos estén equipados con radiadores eléctricos. Desde el punto de vista estético, es imprescindible, ya que el diseño es discreto, pero agradable a la vista. Sin embargo, es uno de los aparatos más caros del mercado actual.
Para reducir sus facturas, se recomienda adquirir un calentador auxiliar. La estufa de leña es un modelo adecuado para cumplir esa función sin incurrir en gastos adicionales. De hecho, una estufa con un buen rendimiento cuesta unos 300 euros y el precio de unos 15 kilos de pellets es de una media de 5 euros.
Por lo tanto, la inversión en este tipo de equipos permite reducir considerablemente el consumo en comparación con un aparato eléctrico, incluso durante el invierno.
Sea perspicaz
A la hora de utilizar un calefactor en su casa, sigue siendo importante tomar las decisiones correctas para ahorrar dinero sin esfuerzo. Para empezar, no coloque un objeto grande delante de la estufa, ya sea un mueble o cualquier otra cosa.
Esto impedirá que el calor se disperse adecuadamente en la habitación. Esto sólo es ideal si vives en una casa de dos plantas y utilizas una chimenea. Las puertas abiertas permitirán que parte del calor se envíe a las habitaciones de arriba.
Así no tendrá que instalar otro sistema de calefacción auxiliar.
Como el viento es especialmente frío en invierno, es aconsejable cerrar las ventanas y las persianas. No deje las puertas entreabiertas. Esto reduce la pérdida de calor al mínimo.
También hay que tener en cuenta los pequeños detalles del cuarto de baño para ahorrar todo el calor posible y reducir así las facturas. Por ejemplo, trata de girar las llaves mezcladoras de los grifos hacia el lado más frío para evitar enviar calor al agua del grifo.
También hay que tener en cuenta el uso de agua caliente del grifo de la cocina, salvo en casos de fuerza mayor.
También sería conveniente realizar reformas y mantener la casa adecuadamente. Esto le permite encontrar grietas en las paredes o en otros lugares que podrían permitir la entrada de una pequeña cantidad de aire frío. Y, por supuesto, no te olvides de limpiar la estufa y los conductos para que el aparato funcione correctamente sea cual sea la temporada.