El confort de un interior cálido y acogedor en pleno invierno es siempre un consuelo definitivo en este duro momento. Por desgracia, a veces la calefacción no cumple su función. Hay varias razones para ello. Sin embargo, es importante identificar las fuentes del problema para adoptar la mejor solución.
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Reconocer las causas del mal funcionamiento
Antes de llevar a cabo cualquier trabajo de reparación, primero es necesario averiguar las distintas razones por las que un radiador no se calienta. De hecho, hay varias explicaciones posibles para este problema. Para tomar las medidas adecuadas para resolver este problema, hay que tratar cada situación según su naturaleza.
Afortunadamente, las principales dificultades son fáciles de resolver, sin tener que recurrir a los servicios de un profesional. Por lo general, el problema se manifiesta de unas pocas formas fácilmente reconocibles que pueden corregirse con la misma rapidez.
Dependiendo del caso, si se trata de un radiador de acero u otro equipo como un calentador de agua que ya no calienta, la solución suele ser fácil de aplicar. En la mayoría de las situaciones, siempre se trata de una entrada de aire, de baja presión o de un codo de control cerrado.
En función de cada diagnóstico que reciba, esto es lo que debe hacer para resolver el problema.
Ningún radiador funciona
Si hay varios dispositivos conectados a la red, es poco probable que todos fallen al mismo tiempo. El problema debe estar entonces en el sistema central de distribución. Empieza por comprobar la presión en diferentes puntos del sistema, desde la caldera hasta el último radiador de la casa.
Debe estar entre 1 y 1,5 bares en frío y un máximo de 2,5 a 3 bares en caliente.
Si todo va bien, es posible que sea la válvula de llenado la que se haya olvidado de cerrar. Si no, otra posibilidad para explicar un radiador eléctrico que ya no calienta es una toma de aire en las tuberías. Para resolver rápidamente la situación, basta con purgar el aire.
Esto es para expulsar este cuerpo gaseoso que impide que los aparatos alcancen la temperatura deseada. Paso a paso, así es como debes proceder.
– Empieza por apagar la caldera central.
– Asegúrese de tener un recipiente, como un cubo, un cuenco u otro recipiente para recoger el agua cuando purgue el radiador de hierro fundido.
– Abra el cabezal de purga con un destornillador, alicates, llave inglesa o cualquier otra herramienta que pueda liberar esta pieza.
– Deje salir el aire, lo que se nota por un ligero silbido, o por la formación de burbujas, antes de que salga cualquier líquido por esta vía.
– Cuando el gas haya salido por completo, vuelva a apretar el tornillo de purga.
– Abra la válvula de llenado para rellenar con agua. Reponer el agua perdida durante el sangrado.
– Vuelva a cerrar la válvula, de lo contrario nunca se alcanzará la presión de trabajo, en detrimento de la eficacia de la calefacción.
– Vuelva a poner en marcha su caldera central, después de haber repetido la operación en todos los radiadores de la casa. Es aconsejable empezar por el más cercano al equipo principal y terminar por el más alejado.
La preocupación es por un solo radiador
El problema de calentamiento en este caso puede ser causado por varias posibilidades. Proceda por eliminación para descubrirlos. El primer punto a comprobar es el codo de control del radiador. Si el radiador está siempre cerrado, es normal que la unidad permanezca fría.
También puede producirse el fenómeno contrario, es decir, un radiador que se calienta incluso cuando está cerrado .
Si no es el caso, puede referirse a la válvula termostática. Estar cerrado o permanecer demasiado tiempo en la posición cero puede explicar por qué el radiador no calienta. Para remediarlo, puede realizar los siguientes pasos sencillos.
– Desenroscar la válvula termostática.
– Encontrará una pestaña en el centro. Tira un poco más con unos alicates para renivelar la circulación entre esta unidad y las otras. Si lo sacas por completo, simplemente vuelve a insertarlo y busca la posición correcta, para que el agua no fluya continuamente.
– Cuando crea que ha ajustado el caudal ideal, sólo tiene que volver a colocar el grifo en su sitio.
Después de estas operaciones, debe purgar este equipo en particular, siguiendo el procedimiento clásico. Para facilitar el calentamiento del radiador, cierre todas las máquinas que estén funcionando correctamente. Encienda la caldera central y espere a que el equipo defectuoso vuelva a la normalidad.
A continuación, vuelva a encender gradualmente todos los demás sistemas.
Otros posibles problemas
Algunos problemas específicos también pueden afectar a toda o parte de su red de calefacción, siendo los más comunes un defecto en la distribución del calor, un radiador caliente o uno que permanece frío después de una purga. Tanto si se trata de un viejo radiador de hierro fundido o un nuevo modelo conectado, aquí están las principales causas y soluciones para un radiador que no calienta.
El primer caso es el de un calentador que no distribuye el calor de manera uniforme. Acercando la mano, puedes sentir un radiador frío en la parte inferior y uno caliente en la superior. El procedimiento es sencillo para esta situación, lo único que hay que hacer es purgar el calentador, para eliminar esa burbuja de aire que impide la circulación del agua calentada.
Un segundo caso se refiere a una temperatura tibia, proporcionada por el aparato. El motivo es un ajuste bajo del radiador. Esto se puede remediar aumentando la potencia calorífica girando la válvula termostática.
También cabe destacar una última circunstancia habitual. Se pregunta por qué mi radiador hace ruido y no se calienta, incluso después del lavado. La respuesta es sencilla. El lodo, compuesto por depósitos de cal y óxido en el circuito, impide que el agua circule y deja su aparato fuera de servicio.
La solución en este caso requiere desmontar el radiador para eliminar los lodos.