Desde la aplicación de la ley RT 2012, el propio principio del sistema de calefacción ha sufrido una reforma, en particular en el edificio edificio de bajo consumo o de bajo consumo. Al estar el ahorro energético y la ecorresponsabilidad en el centro de los intereses, la elección de los mejores equipos auxiliares de calefacción se orienta hacia este objetivo.
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Calefacción auxiliar: definición, principio y posibilidades
En los últimos siglos se ha democratizado la instalación de un sistema de calefacción en todas las casas, con el objetivo de hacer la vida más confortable, especialmente cuando llegan los rigores del invierno. Por desgracia, los sistemas más antiguos no siempre ofrecían un rendimiento óptimo, debido a múltiples factores.
En el pasado, las casas y los edificios no estaban diseñados de la misma manera que hoy, y había muchas deficiencias que dificultaban la eficiencia del sistema de calefacción .
A mediados del siglo XX, las viejas chimeneas pasaron a ser más decorativas que eficaces. Para remediarlo, se desarrollaron nuevos equipos de calefacción, como los famosos convectores utilizados en los años 70. El objetivo de este equipo adicional era reforzar la calefacción que el sistema central ya no era capaz de distribuir equitativamente en las distintas partes de cada casa.
Así nació el principio de la calefacción auxiliar.
Con el tiempo, la tecnología ha evolucionado y se ha utilizado en el diseño y la creación de nuevas unidades para la calentador de ambiente. Hoy en día, los modelos están disponibles en varios tipos de productos. Puede encontrar algunos para todos los usos y todos los presupuestos. Sin embargo, lo que todos tienen en común es que deben instalarse en edificios o casas construidos según las normas exigidas para los edificios de bajo consumo, a riesgo de ver reducida su eficiencia. Además, según la configuración de la casa, la ubicación y el tipo de construcción, se puede elegir entre diferentes modelos.
El método convencional: calefacción auxiliar por gas
Se trata de una versión del sistema de calefacción utilizado durante mucho tiempo y aún en boga en muchos hogares de Francia. Esta elección se explica, en general, por el coste todavía medio de explotación de este sistema. A menudo adopta la forma de un equipo tipo estufa, conectado a la red nacional de gas, que por tanto está siempre disponible y es eficiente.
Sus principales ventajas residen en el coste medio de adquisición, e incluso con la instalación, la inversión es siempre interesante.
En cuanto al coste a nivel de consumo, el precio de explotación también se mantiene en la media. Por otro lado, este tipo de calefacción auxiliar sigue trayendo consigo algunas obligaciones, como tener que instalar modelos que cumplan las normas francesas y europeas.
También deben ofrecer sistemas de seguridad avanzados para evitar la más mínima preocupación en caso de choque o fuga en las tuberías de distribución. Además, los especialistas aconsejan suministrarle gas infrarrojo o infrarrojo, que son más eficaces en cuanto a la velocidad de subida del calor.
La vieja escuela: calefacción con aceite o gasolina
Al contrario de lo que mucha gente piensa, el fuel y el petróleo siguen teniendo un lugar en las actividades diarias de la sociedad, especialmente en relación con los medios para mantenerse caliente. Sin embargo, al tratarse de un equipo que funciona con combustibles fósiles, la calefacción auxiliar con fuel o aceite tiene que cumplir muchos requisitos de uso.
En primer lugar, el calefactor auxiliar de aceite debe estar certificado según la norma D35-300, la primera garantía de resistencia, seguridad y buen rendimiento durante su uso.
Además, se requiere un sistema de ventilación al exterior, cuando la unidad no está instalada en el exterior. En cuanto al aceite, es importante elegir un modelo de equipo equipado con un sistema de detección de CO22 para evitar cualquier riesgo de intoxicación.
Al ser la energía fósil un vector indiscutible de contaminación, el estricto cumplimiento de las normas para su instalación y uso es la única manera de poder utilizarlas hoy en día. De hecho, hay que subrayar que se trata de un tipo de equipo cuyo coste de inversión es asequible, pero que no lo es a nivel de precios de consumo.
La nueva tendencia: la calefacción de leña
A primera vista, podría tratarse del renacimiento de los antiguos métodos de poner troncos de madera en la chimenea para calentar el interior de una cabaña. Sólo que esta vez se ha revisado el principio para adaptarlo a las condiciones actuales de uso.
De hecho, puede utilizar una chimenea, un insert o incluso una estufa como herramienta de calefacción complementaria. Por otro lado, el propio principio de funcionamiento se ha rediseñado y mejorado para poder optimizar la eficiencia en todas las partes de la casa, no sólo en la habitación donde se encuentra el equipo.
Además, este sistema es el más ecológico y económico, ya que se utiliza la madera como combustible. Para una eficiencia sostenible y un rendimiento óptimo, este recurso se reduce a listones o pellets.
Además, el uso de la tecnología en los últimos modelos de estufas permite ahorrar sustancialmente en la cantidad utilizada. El reducido coste de uso en el nivel más bajo compensa entonces el coste de instalación, bastante caro.
La fuerza de la costumbre: la calefacción eléctrica
Se diga lo que se diga, la energía eléctrica sigue siendo la más utilizada en toda Francia, en términos de calefacción auxiliar. Con la aparición de nuevos modelos de electrodomésticos, los antiguos convectores de hace 50 años ya no tienen nada que ver con los equipos actuales de alta tecnología.
Por supuesto, seguirá encontrando calefactores y convectores por inercia, radiantes o de ventilador, pero con mejoras palpables en la calidad de fabricación. Bajo consumo obliga, la cúspide de estos nuevos productos eléctricos se materializa en el radiador inteligente, que puedes controlar desde cualquier lugar.
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